El análisis bioenergético es una terapia psicocorporal que parte de la estrecha unión que hay entre cuerpo y mente. Al igual que las dolencias físicas influyen en nuestro estado de ánimo dejando miedo, ansiedad o preocupación en nosotros, los problemas psicológicos también originan síntomas físicos. Alexander Lowen creó el Análisis Bioenergético en los años 50 después realizar un intenso trabajo personal, partiendo de la necesidad de movilizar su propio cuerpo y profundizando las investigaciones sobre la energía vital y el análisis del carácter de Wilhelm Reich.
A raíz de experiencias emocionales negativas como el rechazo, el desamor o la manipulación sufrida por parte de nuestras figuras de apego durante la primera infancia, las personas adquirimos una forma de defensa, que con los años se convierte en unos patrones de conducta de los cuales no somos conscientes y que limitan la vida en el momento presente. Corporalmente nos defendemos tensando la musculatura y reduciendo la capacidad respiratoria, limitando nuestros movimientos espontáneos con la consiguiente pérdida de vitalidad. Cuando el nivel de rigidez corporal es excesivo, se manifiestan los síntomas psicosomáticos y aparece la ansiedad, la depresión u otros trastornos psicológicos que nos hacen perder nuestro equilibrio personal.
El análisis bioenergético va a actuar a nivel emocional, físico y psíquico, va a ayudar a la persona a aflojar sus tensiones musculares crónicas, a movilizar la energía retenida y como consecuencia de ello, a liberar las emociones que han estado reprimidas durante años. Todo ello, unido a un trabajo de reestructuración cognitiva que dé sentido a su historia vital, de modo que la experiencia vivida en terapia sea provechosa para el paciente. Como resultado de ello, éste va a ver aumentada su sensación de vitalidad y su autoestima se va a reforzar, recuperando la confianza para relacionarse con su entorno y consigo mismo de forma plena y satisfactoria.
¿Qué herramientas se utilizan?
La respiración
La lectura corporal
La expresión emocional
La auto-percepción o conciencia de sí mismo
El enraizamiento